jueves, 22 de octubre de 2009

La campanilla

A teodoro, el personaje principal de "El mandarín" (de Eca de Queiroz), que representaba la burguesía portuguesa de la época (siglo XIX); se le apareció el diablo y lo invitó a hacer sonar una campanilla.

La excusa para que la hiciese sonar radicaba en el hecho de que, según el diablo, en los confines de la China existía un mandarín más rico que cualquier rey o persona conocida; que Teodoro no conocía nada de él, ni su rostro, ni la seda con la que viste; que sería una muerte más y no alteraría el equilibrio del mundo en su estado de cosas; que en China son millones de personas y que, una vez que la campanilla sonase, el mandarín exhalaría un suspiro convirtiéndose de manera instantánea en cadáver. En ese preciso momento, Teodoro se haría acreedor de todas las riquezas del mandarín.

El diablo supo cómo convencer al burgués, nombrándole todo aquello a lo que nunca podría acceder con los 20 mil reis que ganaba al mes. Al terminar de oir el discurso del Diablo, Teodoro agitó con fuerza la campana y el mandarín murió mientras armaba una cometa de papel para volarla.

Podría trazar varios paralelismos y hacer otras tantas analogías (excluyendo a las interpretaciones que se han hecho de ésta novela), pero prefiero pensar que el mandarín es solo un símbolo y que representa cualquier pueblo del mundo.

La idea de que una campanilla suena en el norte de nuestro continente y propaga sus efectos mortales en todos los rincones del mundo a cambio de las riquezas de esos lugares; me ronda la cabeza, pero también me preocupa la idea de que aquí en Argentina haya otra campanilla que no produce efectos en el exterior, sino, en nuestra sociedad.
En ese caso, el mandarín representaría a los sectores excluídos y a la clases baja y media. Solo se me presenta el problema a la hora de determinar quien detenta la campana con intención de agitarla ¿será la clase política irresponsable y/o corrupta? ¿los medios? ¿la clase alta? ¿la oligarquía? ¿la clase media ignorante?... no lo sé... solo sé que, Teodoro no pudo reparar el daño hecho al mandarín y que, en su lecho de muerte dejó en testamento la fortuna al diablo para que la repartiese. ¿Ustedes creen que la repartirá?

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